Cuarta película de Welles como director, pero en esta ocasión con la alas cortadas por una producción y guión alejada de sus manos.
Un thriller más o menos simplón rodado en el ocaso de la segunda guerra mundial en plena campaña mediática antinazi, él mismo la definió como "entretenida".
Los nazis huyen de Europa y uno de los más buscados, del que no se conoce su aspecto físico, se refugia en un pueblecito americano, un comisario antinazi frío y calculador hará lo que sea por descubrirlo ...
Carente de intriga, ya que se nos muestra la verdadera personalidad de nuestro protagonista desde el comienzo de la cinta, con la inestimable ayuda de Edward D. Robinson, la película se deja ver pero no alcanza ni mucho menos las cotas de otras obras del genial Welles.
La película tiene algunos elementos de interés, las manos de Welles en la dirección se sienten, una puesta en escena excelente como siempre, destacando sobre todo en los primeros minutos, la escena final en el campanario si está a la altura mostrándonos como los caballeros protectores matan al demonio-dragón, en clara alusión al fin del imperio nazi.
A nivel de interpretación, desde mi punto de vista Welles sobreactúa en casi todas sus interpretaciones, y en esta ocasión de una manera muy descarada.
Entretenida cinta con destellos del genial Orson pero menor dentro del conjunto de su obra.
PUNTUACIÓN: 6
Juanma
PUNTUACIÓN: 6
Juanma
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