Campanella nos ofrece esta vez un sólido e intenso thriller que se desarrolla a caballo entre la actualidad y los años 70. Una historia dura sobre un crimen ocurrido hace 25 años, que enlaza también con una historia de amor.
En esta ocasión, Darín interpreta a Benjamín, un oficial de un juzgado de instrucción a quien la violación y asesinato de una joven dejó marcado de por vida. Aquel suceso afectó a su vida personal de tal forma que años después, no ha podido olvidarlo. Ahora, recién jubilado, decide escribir una novela sobre aquellos hechos, lo que le lleva a reencontrarse con Irene (Soledad Villamil), de quien siempre a estado enamorado.
De nuevo la pareja protagonista de la ya comentada "El mismo amor, la misma lluvia". Darín y Villamil forman un tándem que rebosa química. El director apuesta por lo seguro con su actor preferido, y no falla. Y aunque las interpretaciones suelen ser el punto fuerte del cine de Campanella, en esta ocasión gana la historia, el argumento.
Me gusta este director porque hace películas que dejan poso. Películas que te dan que pensar, y que te hacen reflexionar sobre temas más o menos delicados, en los que el amor, en cualquiera de sus formas, juega un papel fundamental. Un crimen horrible, la búsqueda incansable del asesino, justicia, necesidad o no de venganza, los recuerdos... La intriga está muy bien llevada, y el final sorprende y está a la altura.
Termino este pequeño homenaje a Juan José Campanella (aunque también podría ser un homenaje a Ricardo Darín) con una película magnífica, muy entretenida y muy muy interesante.
PUNTUACIÓN: 7,5
ToLo
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