Alejandro magno (2004)

Ya inaguramos con "300" un cuarteto de críticas a películas históricas, que continuamos con "Alejandro magno" y en breve "Cleopatra" y "Espartaco".

En esta ocasión nos encontramos la biografía, bastante académica, del mayor general y conquistador de la historia: Alejandro III de Macedonia, Alejandro Magno, Alejandro el grande. Un griego que llegó a conquistar, nada más y nada menos cque la India en el siglo IV a.c

La cinta creó grandes espectativas debido a su director: Oliver Stone, un director que no deja indiferente y que si por algo se caracteriza es por poner cuerpo y alma en sus producciones, creando dramas que llevan hasta la estenuación a los especatadores. Pues bien, el resultado no es del todo acertado, historicamente correcta, con buen diseño de producción, buena música, aceptable fotografía pero sin gancho debido a una deficiente iterpretación, y yo diría que errónea designación de su actor principal, Colin Farrel como Alexander.

Una interpretación plana y sin sentimientos de un personaje con tanta fuerza y trastienda como Alejandro es más que suficiente para el veredicto del público. Un príncipe macedonio con una educación excepcional dirigida por Aristóteles que creció en una famila su generis, Filipo II como padre, un gran rey que unió Grecia y que introdujo en la cabeza de Alejandro la intención de conquistar Persia y, por otra parte, a Olimpia su madre, una reina que creia en su origen divino y con tendencias esotéricas, se convertiría en su mayor protectora.

De hecho, como personaje destaca sobre manera Val Kilmer como Filipo II, llenando la pantalla una interpretación de amor odio hacia su hijo y una relación de violencia con Olimpia, interpretada una Angelina Jolie de relación un poco extraña con su propio hijo.

Por otro lado tenemos la aparición testimonial, nunca mejor dicho, de Anthony Hopkins como Ptolomeo, amigo y biografo de Alejandro como narrador.

El problema puede estar en la ambición de la cinta, intentar cubrir en 2 horas y poco tantos años de conquista puede llegar a ser misión imposible, sobre todo si se pretende mostrar la evolución del pensamiento de Alejandro, su acercamiento a la divinidad. El tratamiento de las batallas se queda a medio camino entre la espectacularidad y el documental bélico, ni una cosa ni otra.

La primera vez que la ví, no conocía como ahora la historia de Alejandro y la verdad es que me aburrí sobre manera. Con esto quiero decir que con el conocimeinto la película gana, pienso que no debe de ser un requisito para ver una película el conocer la historia.

Aceptable, pero hemos perdido una oportunidad de crear una cinta mítica.

PUNTUACIÓN: 7

Juanma

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