Terminator (1984)

Referente de por vida del cine de cienciaficción y de acción creado en la década ochentera por Cameron.

Después de su debut en Piraña II, Cameón hizo su entrada estelar con Terminator, en la que mostró sus credenciales como director con ritmo que sabe elegir bien sus historias y dejando su sello personal en todo lo que hace.

La historia, archiconocida, es inquietante, sobre todo para una época en la que empezaban a despuntar los ordenadores personales, para los jovencitos decir que el crecimiento tecnológico en las dos últimas décadas es desmesurado y que eso de que se abriesen las puertas solas, de que hablase un ordenador o similar era verdadera ciencia ficción.

Viajes en el tiempo, futuro apocaliptico, robots (bueno, cyborgs) y sobre todo el buen hacer de Camerón cuyo patrón repetiría en sus siguientes películas hace ser a Terminator un clásico.

En esta primera entrega, ya vamos por la cuarta, Cameron se rodeó de un elenco de actores se convertirían en fijos en sus producciones, como son Michael Biehn y Lance Henriksen. Además del mago de los efectos esfeciales, en aquellos tiempos, animatronics, Stan Winston.
Cameron también rodaría Terminator 2 de increible éxito comercial dónde empezaría con la manía de hacer las películas más caras de la historia y recuperar la inversión en un par de fines de semana, en fin, Terminator 2 para quién no se haya dado cuenta, es un remake en toda regla de la primera parte pero con efectos digitales (de los primeros que se veian en las pantallas). Ya no volvío a participar en las otras dos entregas, Terminator 3 (pa echarla) y la interesante Termanitor Salvation.

Volviendo a la primera entrega, desde que comienza se va acelerando infinitamente hasta llegar a un final que se recordará por los tiempos, en definitiva acción de la buena y sin tantos pixeles como ahora, con más imaginación.

PUNTUACIÓN: 8

Juanma.

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