Nos encontramos con una de esas rarezas setenteras del cine de Drácula de la cuál se pueden rescatar momentos de interesante ambientación y atmósfera. Se nos presenta a Paul Naschy, esta vez no como hombre lobo (bastante encasillado), como el Conde Drácula de incógnito en la piel de un Doctor en un apartado y lúgubre sanatorio. A esto hay que añadir carruaje con problemas con tres mujeres con grandes escotes... la fórmmula nos recuerda demasiado a las producciones de la Hammer Films británica.
Esta producción surge como respuesta al éxito comercial de la era tardía de la Hammer, ya en decadencia con títulos como Drácula 73, que eran películas con gran taquilla. En estas se mezclaban 2 ingredientes con resultados asegurados: terror y destape.
Como he comentado al principio, se pueden rescatar diversos aspectos interesantes de esta película, de hecho considero que Hart (guionista del Drácula de Coppola) se inspiró en algunos detalles en esta cinta. Nos encontramos a un Drácula enamoradizo que, no voy a contar el final, tendrá consecuencias. La ambientación en el sanatorio está muy conseguida, he incluso diría que las féminas despechugadas y con aires lésbicos lo hacen bastante bien. Hay una secuencia en negativo que, a pesar de que suene raro, consiguie crear cierta atmósfera inquietante.
Lo que si es para "echarle de comer aparte" son los títulos de crédito con una escena en bucle de un hombre callendo por una escalera que me hizo pensar en quitar la película a los 3 mínutos de empezar, si se os pasa esto por la cabeza, dadle una oportunidad.
En definitiva, considero que nos es un film menor y que debería ser de obligado visionado para los amantes del género. Para mi fue una sorpresa (teniendo en cuenta que me esperaba lo peor, cosas de los prejuicios.)
PUNTUACIÓN: 6
Juanma
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